Proceso del Barro en Manos del Alfarero

Proceso del Barro en Manos del Alfarero

El Proceso del Barro en manos del Alfarero es la analogía que se encuentra en la Biblia, donde se explica el proceso que vive el hombre ante el Creador. Y el profeta Isaías lo expresa al decir que el Padre Celestial trabaja con su creación, como el barro en manos del alfarero.

«Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros” (Isaías 64:8)

El Barro en la AlfareríaDe esta forma, el alfarero es la persona que toma el barro y le da la forma que desea, creando una pieza de cerámica. Para llegar a ello se da un proceso, donde el barro al estar húmedo el alfarero lo toma con sus manos y hace una figura, para luego meterlo en un horno para que se cuece y sea endurecido. De la misma forma, Dios es ese alfarero que toma en sus manos el barro, que es su creación y lo procesa para tener la imagen que Él desea.

Proceso del Barro en Manos del Alfarero

El Barro cocido es empleado en el arte de la alfarería, que a lo largo de la historia se ha destacado en hacer vasijas, platos, ollas, vasos entre otros objetos que se hacen mediante esta técnica artística. Y es el barro la masa que resulta de la mezcla de la tierra y el agua, convirtiéndose en el material arcilloso moldeable que se endurece por la cocción, y logra la pieza deseada.

El alfarero trabaja el barro en su torno, le da la forma, lo aprieta, cada vez que tiene contacto con las manos del alfarero, pasa por ese proceso por el que es sometido a la acción del torno, hasta que vaya tomando una buena consistencia, siendo más suave, más dócil, más pastoso, más consistente y hasta un poco más brillante por los minerales que contiene el barro.

Dios que hizo todo perfecto toma este trabajo de alfarería para indicar como Él trabaja con su creación, ya que en sus manos toma el barro como el alfarero y lo asiste, lo alisa, lo aprieta y toma las herramientas para apretar, cortar y limar, para ser esa obra de las manos de Dios a través de su Palabra.

«Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aún el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12)

De esta forma, aún desde el inicio de la creación Dios forma a Adán de la tierra, del barro para luego darle ese aliento de vida.

Proceso del Barro en Manos del Alfarero

Proceso del Barro en Manos del Alfarero

El proceso del barro en las manos del alfarero, se puede ver en el libro de Jeremías cuando Dios le ordenó que fuera a la casa de un alfarero, y allí Dios ilustraría su relación con el pueblo de Israel.

«Palabra del Señor que recibió Jeremías: Levántate y baja al taller del alfarero, y allí te comunicaré mi palabra. Bajé al taller del alfarero, que estaba trabajando en el torno. A veces, le salía mal una vasija de barro que estaba haciendo, y volvía a hacer otra vasija, según le parecía al alfarero. Entonces me vino la palabra del Señor: ¿Y no podré yo trataros a vosotros, casa de Israel, como este alfarero? -oráculo del Señor-. Mirad: como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel” (Jeremías 18,1-6)

En este sentido, se puede ver como Jeremías observó el trabajo del alfarero, y este no estaba contento con la forma que tenía el barro, por lo que cambiaba varias veces la forma de la vasija que estaba haciendo. Es en ese instante, que Dios le enseña a Jeremías que Él podía hacer lo mismo que estaba haciendo el alfarero con su creación.

Dios le indica a Jeremías que ese proceso del barro que había visto, es lo que Él deseaba con el pueblo de Israel, hacer de ellos una pieza hermosa en sus manos. Sin embargo, ellos se negaban en permitir que Dios les diera la forma deseada, por lo tanto el mensaje de Dios a Jeremías era que siempre debían confiar en Él, y permitir que los moldeara.

Proceso del Barro en Manos del Alfarero

De esta forma, ese proceso del barro al que se refiere este pasaje es que la obra de las manos de Dios como alfarero se desarrolla a través de su palabra, de su enseñanza, de las vivencias, de las cosas buenas como malas, que vienen a moldear a las personas a la imagen que Dios desea para sus hijos, haciendo de ellos esos vasos de honra en su nombre.

«Mas en una casa grande, no solamente hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro: y asimismo unos para honra, y otros para deshonra. Así que, si alguno se limpiare de estas cosas, será vaso para honra, santificado, y útil para los usos del Señor, y aparejado para todo buena obra» (2da. Timoteo 2:20-21)

Por lo tanto, las manos de Dios viene a formar las vidas, Él sabe como procesar el barro, y quiere que todas las personas sean una vasija apta para su uso. Y a pesar que en ocasiones pueden estar en el horno muy caliente, esto ayuda a que se formen la imagen del hijo de Dios.

«Y sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, de los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos» (Romanos 8:28-29)

Dios quiere profundizar la fe de todos sus hijos, en medio del proceso que vienen, desarrollando en sus hijos la perseverancia, y desarrollar los frutos del Espíritu en sus vidas.

«Mas el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley» (Gálatas 5:22-23)

Proceso del Barro en Manos del Alfarero

Así como el alfarero convierte el barro en lo que quiera, es superior a ese barro. Así como el alfarero, Dios es superior al hombre, por lo que Él tiene la potestad de hacer lo que quiera con su creación.

«Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos» (Isaías. 55:8-9)

Es por ello, que toda la creación debe humillarse ante Dios y someterse a su perfecta voluntad, entendiendo que todo lo que Él hace es para que puedan vivir en plena felicidad caminando al propósito.

«¡Oh que perversidad la vuestra! ¿Acaso de reputarse el barro del alfarero? ¿Acaso dirá la obra de su hacedor, No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que lo ha formado, No entiende el oficio?» (Isaías. 29: 16)

Por lo tanto, la creación de Dios debe verlo como ese ser grande que le da forma a sus pasos, llenándolo de bendiciones para sus vidas, ya que los planes de Dios para su creación siempre son de bienestar, para llevarlos a una eternidad en su presencia.

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