Intimidad con Dios

Cómo Entrar En Intimidad Con Dios

Cómo entrar en Intimidad con Dios es una duda que se hacen aquellos creyentes que están iniciando los caminos del Señor, y tienen ese anhelo de conocer más de su Salvador.

Es por ello, que en esa búsqueda que de forma diaria deben tener los creyentes podrán conseguir las formas para entrar en intimidad con Dios, y de esa manera conocer su voluntad en su vida.

Índice
  1. Intimidad con Dios
  2. Cómo entrar en Intimidad con Dios
  3. Impedimentos en tener la Intimidad con Dios

Intimidad con Dios

Intimidad con Dios

Cuando se habla de intimidad con Dios esto se convierte en un resultado donde se mudó donde hay un accionista confianza si ningún tipo de temores de la misma forma como moisés acercaba a Dios y hablaba cara a cara con Él.

«Dios hablaba con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo, y después Moisés regresaba al campamento. Pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, nunca se apartaba del interior de la tienda.

Moisés le dijo al Señor: —Mira, tú me pides que yo dirija a este pueblo, pero no me dices a quién vas a enviar conmigo. También dices que tienes mucha confianza en mí y que me he ganado tu favor. 

Pues si esto es cierto, hazme saber tus planes, para que yo pueda tener confianza en ti y pueda seguir contando con tu favor. Ten en cuenta que este pueblo es tu pueblo» (Éxodo 33:11-13)

La relación que tenía Moisés con Dios era como la de un amigo, ya que él tenía esa confianza e intimidad que permitía tener esa conexión divina, y de ese mismo modo Jesús lo mantenía cuando estuvo en la tierra.

«Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno» (Juan 17:21-22)

Esto se da al comprender que hay una relación entre padre e hijo, por lo que es ese modelo de intimidad que debe tener una persona cuando se acerca a Dios, no verlo como una figura lejana sino como una figura que está cercana y desea tener relación mutua.

“Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente, Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela; cual tierra seca, Extenuada y sedienta. Te he visto en el santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. Tu amor es mejor que la vida; por eso mis labios te alabarán» (Salmos 63:1-3)

Cómo entrar en Intimidad con Dios

Para poder entrar en intimidad con Dios deben cumplirse algunos parámetros que pueden ser confirmado a través de las Sagradas Escrituras, que es la guía esencial para todo creyente, y de esa manera poder conectarse con el padre celestial.

  • Para poder entrar en intimidad con Dios se debe empezar a conocer el corazón de Él, y eso se logra través del Espíritu Santo, que fue dejado en la tierra luego que Jesús ascendió a los cielos.

“Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios” (1ra.Corintios 2:10)

  • Es importante empezar cada día en buscar la presencia de Dios, entendiendo que es despertar un anhelo incansable en su corazón, de estar ante la presencia del Padre Celestial.

“Anhelo habitar en tu casa para siempre y refugiarme debajo de tus alas” (Salmos 61:4)

  • Al entrar en intimidad con Dios, se desarrolla cuando se tiene como estilo de vida la oración, y puede tener esa conexión directa con el cielo.

“Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros salieron a buscarlo. Por fin lo encontramos y le dijeron:

-Todos el mundo te busca.- Jesús respondió: Vámonos de aquí a otras aldeas cercanas donde también pueda predicar, para esto he venido. Así que recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios” (Marcos 1:35-39)

«Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos» (Efesios 6:18)

Cómo entrar en Intimidad con Dios

  • Para poder entrar en intimidad con Dios se debe desarrollar ese diálogo en oración cuando se presentan delante de su presencia que puede ser en cualquier etapa del día donde se aparta para escuchar la voz de Dios.

“Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará” (Mateo 6:6)

“Por la mañana, Señor, escucharas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta” (Salmos 5:3)

«Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones» (Lucas 2: 36-37)

  • Es importante meditar en la enseñanza de las Sagradas Escrituras, y ver el ejemplo de Jesús quien oraba toda la noche para tomar decisiones, y en intimidad buscaba la respuesta del Padre Celestial.

«En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles» (Lucas 6:12-13)

  • Al estar en intimidad con Dios se puede desarrollar una constancia en vivir en la presencia del Padre Celestial, y poder de esa forma que el reino de Dios avance con poder en la vida del creyente.

“Entonces se dará a los santos, que son el pueblo del Altísimo, la majestad y el poder y la grandeza de los reinos. Su reino será un reino eterno, y lo adoraran y obedecerán todos los gobernantes de la tierra” (Daniel 7:27)

  • En la intimidad con Dios, se puede desarrollar la adoración a Dios, y poder hacerlo de forma cotidiana, aprendiendo de esa manera lo que se espera en la eternidad delante de la presencia de Dios.

“Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24)

  • Al permanecer en la intimidad con Dios, se desarrolla la vida espiritual del creyente, permitiendo activar y desarrollar los frutos del Espíritu en sus vidas.

“En cambios, el frutos del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas” (Gálatas 5:22-23)

  • En la intimidad con Dios, se podrá desarrollar el carácter de Cristo en los creyentes, con el fin de ser usados para el servicio de su obra en su iglesia.

«El Espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor” (Isaías 11:2)

“El mismo constituyo a unos, apóstoles; a otros, profetas, a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros» (Efesios 4:11)

  • Cuando se tiene esa intimidad con Dios se permite a desarrollar los dones espirituales, que permitirá para el crecimiento de su vida, y del avance de su ministerio en la iglesia .

«El don de sabiduría, don de conocimiento, don de fe, don de sanar, don de milagros, don de profecías, don de discernimiento, don de hablar en lenguas, don de interprete» (1ra. Corintios 12:8-11)

Impedimentos en tener la Intimidad con Dios

Hay diversidad de circunstancias que evita tener la intimidad con Dios en el creyente y son las siguientes:

  • Los afanes de la vida diaria producen que el creyente tenga falta de compromiso y seriedad en acercarse a Dios ya que le dará prioridad a otras cosas antes que el conocimiento del Padre Celestial.

«La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de esta vida les preocupan demasiado y el amor por las riquezas los engaña. Todo esto ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto en ellos» (Mateo 13:22)

  • No se prioriza en sus tiempos de intimidad con Dios, ya que permite que en el interior les afecte el estrés, la impaciencia, perjudicando el corazón de la persona la búsqueda del Padre Celestial.

«¡Oh almad adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera pues, que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios» (Santiago 4:4)

Para finalizar se puede decir que la intimidad con Dios es una elección que toma la persona, y se convierte en un compromiso, que se empieza a cultivar una profunda relación con Dios y de esa forma llevar una vida interior plena donde el Espíritu Santo ayudará en cambiar las situaciones difíciles en oportunidades de victorias.

Dios desea que sus hijos se acerquen a Él y entablen una relación íntima y así darse a conocer a sus vidas, para lograr llevarlos hacia el destino profético al que están destinado activando todos los dones, talentos en pro del avance del reino de los cielos.

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