La Oración Sacerdotal de Jesús

La Oración Sacerdotal De Jesús

La oración Sacerdotal de Jesús fue hecha minutos antes de la última cena con sus discípulos, en el que hace una petición al Padre donde involucra su propósito en la tierra, a sus discípulos y aún a todos los creyentes que vendrían por el testimonio del evangelio.

Sin duda la oración sacerdotal de Jesús es la más grande jamás vista y oída en la Biblia, Dios permite a través de Jesús conocer una perfecta relación de hijo y Padre, en palabras sencillas mostrando algunas de las verdades más profundas de la revelación de Dios al hombre.

Índice
  1. La Oración Sacerdotal de Jesús
  2. Jesús ora por sí mismo
    1. Jesús ora por sus Discípulos

La Oración Sacerdotal de Jesús

La Oración Sacerdotal de Jesús

En esta oración se aclara en palabras, el ejemplo de la comunicación divina que, constantemente, tenían Jesús y el Padre mientras estaba en la tierra. Y ella se puede ver en tres fases en la oración sacerdotal de Jesús:

Jesús ora por sí mismo

En este momento de la oración clama al Padre de la siguiente forma:

«Estas cosas habló Jesús, y levantado los ojos al cielo, dijo: Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le has dado. Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra: he llevado la obra que me diste a realizar. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo existiese» (Juan 17:1-5)

En esta fase de la oración es un momento especial de relación que Jesús tiene con su Padre, y mira el cielo, dando a entender que su lugar es estar con las elegidos en las moradas de Dios, es una relación muy cercana, de amor entre ambos, que comparten con el Espíritu Santo, quien lo llena todo.

Jesús indica la llegada del propósito por el que vino a la tierra, que era la salvación de muchos, a través de la cruz, y es con esa sangre que los pecados de muchos a través del tiempo fueron liberados y blanqueados por la sangre del hijo de Dios, el cordero que fue entregado por uno de los suyos, para que se cumplieran las escrituras, por eso Jesús dijo "Padre glorifica a tu hijo" (Juan 17: 5)

Esta petición que hace Jesús de glorificación, la hace con el objetivo de poder restaurar lo que se había perdido, que el Padre fuera glorificado por medio de él como el Hijo de Dios, como ese cordero inmolado. Esta parte de la oración sacerdotal de Jesús está basada, a favor de si mismo en develar el camino que le esperaba hasta la muerte de cruz.

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Jesús ora por sus Discípulos

La Oración Sacerdotal de Jesús

Esta fase de la oración sacerdotal cambia su tono en ser una petición de intercesión, que dice así:

«He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste: tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque les he dado las palabras que me diste, y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que se cumpliese la Escritura. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo completo en sí mismos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, también los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en verdad» (Juan 17:6-19)

En esta fase de la oración Jesús revela que para Él era importante orar por sus discípulos, y no solo lo hizo en este momento sino antes de escogerlos

«Y aconteció en aquellos días, que él salió al monte a orar, y pasó la noche entera en oración a Dios. Y cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles» (Lucas 6:12)

De acuerdo a esta oración podemos ver la importancia que le daba Jesús a la oración y al amor que refleja al pedir al Padre por alguien que siempre lo acompañaron, sus discípulos y aún los seguidores que por sus milagros se acercaron a la salvación, es decir los ciegos, inválidos, prostitutas, cobradores de impuesto y todo aquel que necesitará de él, para encontrar la sanidad física o espiritual.

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Con este extracto de la oración sacerdotal de Jesús muestra el poder inmenso que tiene en los cielos cuando se pide al Padre por medio de su nombre. Es la única razón que conmueve al padre, cuando se pide en el Nombre de su hijo Jesús, nadie es defraudado cuando la fe y la confianza en Dios es el punto de inicio, en la oración de intercesión.

La oración de Jesús fue hecha en forma peculiar por los discípulos que compartieron el ministerio apostólico, a los que el llama amigos. Su objetivo era la preservación de los discípulos guardándolos, santificándolos. En este sentido, Jesús hizo esta oración por el amor que le tenía a ellos, y quería que conocieran ese mismo amor con que el Padre lo amaba a Él y que eran uno sólo. "todo lo mío es tuyo, y lo tuyo es mío", Jesús revela esa unidad e intimidad con el Padre Celestial.

De la misma forma Jesús preocupado por ellos, sabiendo que el engañador, Satanás vendría a querer engañar y contaminar con sus mentiras, para dividirlos por eso clamó con mucho fervor "No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal", eleva este ruego por esa protección divina que necesitarían cuando estuviese ausente. Eso demuestra el amor genuino que tenía Jesús a todos sus discípulos y seguidores.

Jesús ora por los que van a creer en el evangelio

La Oración Sacerdotal de Jesús

Esta fase de la oración sacerdotal de Jesús muestra su poder profético, al elevar la intercesión por aquellos que creerían por el mensaje de los apóstoles.

«Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos» (Juan 17: 20-26)

Esta parte de esta poderosa oración refiere a los creyentes que van a creer en las palabras de los apóstoles, es decir a todos los creyente en la iglesia a través de los tiempos. Eso habla que Jesús sabía que su misión tendría un total éxito, pues moriría, resucitaría y enviaría al Espíritu Santo para que pudiese enseñar al mundo de la verdadera Luz, que es Jesús.

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«Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho» (Juan 14:26)

De allí radica la importancia de la oración de Jesús, que todos los que creen en su nombre son hijos de Dios y coherederos con Jesús. La oración Sacerdotal de Jesús va de una voz en alza en su tonalidad, su voz alcanza los oídos de Dios y pide por los que van a creer en sus discípulos y los que se convertirán por sus palabras en sus fieles servidores, es decir el evangelio de salvación para el mundo en espera de su segunda venida.

Esta poderosa oración de Jesús, entrega la perfecta cualidad de Dios, donde su amor, misericordia, bondad, benignidad se plasma en unas palabras que salen del Hijo de Dios, siendo llenas de la esencia divina, revelando lo magnífico que es tener su abrigo, protección, y que hasta ahora tienen un efecto en toda su creación.

En varias oportunidades dice "Para que sean uno" habla de la perfecta unidad con la que Jesús estuvo en la tierra, y aún así quiere que todo el que le siga sea uno con Dios. En este sentido, esta oración no queda desapercibida, pues todo aquel que es siervo e hijo de Dios, puede reflexionar en su corazón y recibir de forma espiritual lo que Jesús dejo plasmado en esta oración sacerdotal.

Palabras como "Guardalos", "Santificalos", "Para que vean tú gloria", quedan grabadas en la mente de todo seguidor de Cristo, y sentir ese amor con el que fue dicho. Y de esa misma forma conocer la Santidad de Dios, y el amor de Jesús por todos los que se acercan a su Santo Trono.

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