Tener un Encuentro con Jesús

Tener Un Encuentro Con Jesús

Tener un encuentro con Jesús es un momento donde la fe se consigue con la salvación, permitiendo que su vida pueda ser transformada para recibir esa bendición que Dios promete.

En la Biblia se puede mostrar diversidad de ejemplos de personas que al tener un encuentro con Jesús pudieron cambiar su estilo de vida, dejando en el pasado lo que fueron, para mirar hacia adelante guiados por el Espíritu de Dios.

Índice
  1. Tener un Encuentro con Jesús
  2. La Importancia de tener un encuentro con Jesús
  3. Personajes de la Biblia que tuvieron un Encuentro con Jesús
    1. Zaqueo el Recaudador de Impuesto
    2. La Mujer Adultera
    3. Saulo de Tarso, el Apóstol Pablo

Tener un Encuentro con Jesús

Tener un Encuentro con Jesús

Para poder encontrarse con Jesús se necesita tener fe y comprender que hizo este hombre en su vida cuando estuvo en la tierra alcanzando de esa forma la redención por los pecados y la apertura de un camino hacia la presencia de Dios.

«Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación» (Romanos 10:10)

Ese encuentro es invitar a Jesús para que entre su vida y permitir que todo lo que esté viviendo sea transformado por su poder para bienestar y bendición.

«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con el y él conmigo» (Apocalipsis 3:20)

Al tener un encuentro con Jesús podrá tener tranquilidad, ya que no estará solo en el mundo, sino que tendrá un compañero que se convierte en su guía en cada proceso que le toque vivir.

«Pero cuando venga el Espíritu de verdad, El os guiará a toda verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber todas las cosas que habrá de venir» (Juan 16:13)

La Importancia de tener un encuentro con Jesús

En la vida de las personas existen encuentros que cambian por completo los cursos de las vidas, desde ese encuentro con la persona con quien te casas, o aún aquella con la que puedes hacer un gran negocio.

Sin embargo, de todos estos encuentros el mayor y más valioso es tenerlo con Jesús, quien murió en una cruz para traer salvación a todas las almas pecadoras, que estaban destinadas a tener un sufrimiento eterno en el infierno.

«Porque ¿que aprovechará el hombre, si ganare todo el mundo y perdiere su alma?» (Mateo 16:26)

De este modo, Dios envío a Jesús, el hijo unigénito para dar salvación a toda la humanidad, y poder cambiar ese destino que tenían las personas pecadoras.

«Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:10) 

Esto lo hizo Dios para poder rescatar a cada uno de los seres humanos, que habían escogido muchos caminos que lo distanciaban más de Él, llevándolo a la idolatría, los afanes de la vida, corrompiendo sus caminos.

«Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles» (Romanos 1:22-23)

Y por el inmenso amor de Dios este encuentro con Jesús permite olvidar de la vida pecaminosa de las personas, y recibir la salvación de su alma como un regalo, no por acciones sino por la fe.

«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Efesios 2:8-9)

De este modo, se puede decir que el pecado se convirtió en el gran abismo que separaba al hombre de Dios, pero por ese sacrificio hecho en la cruz por Jesús se restauró esa relación entre el creador y la humanidad.

«Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8)

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Personajes de la Biblia que tuvieron un Encuentro con Jesús

Personajes de la Biblia que tuvieron un Encuentro con Jesús

La Biblia enseña una diversidad de personajes que pudieron tener un encuentro con Jesús, y de esa manera su vida ser transformada y ver tangible la enseñanza de que todo es hecho a nuevo con Jesús.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2da. Corintios 5:17)

De este modo, a continuación se presentará varias experiencias de personas que tuvieron un encuentro con Jesús y sus vidas fueron transformadas por completo:

Zaqueo el Recaudador de Impuesto

La Biblia menciona sobre este hombre llamado Zaqueo, quien era un recaudador de impuesto, que luego de conocer el testimonio de lo que sucedía cuando Jesús llegaba, y la cantidad de milagros, él dispuso su tiempo para verlo.

Se habla que en esa época los recaudadores eran personas con mucho dinero y que a su vez eran odiadas por las personas del pueblo, ya que ellos actuaban de manera fraudulenta para enriquecerse, por lo que Zaqueo quería cambiar su vida, al encontrarse con Jesús.

«Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí» (Lucas 19:1-4)

Este hombre quería cambiar por completo su vida e hizo un esfuerzo por ver a Jesús, y en ese encuentro Jesús lo vio y pidió posar en su casa esa noche, a lo que el emocionado accedió.

«Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador» (Lucas 19:5-7)

Ese era el momento que deseaba este hombre encontrarse con Jesús, ya que él era rico, y sabía que lo había hecho de manera fraudulenta, por lo que él arrepentido daría la mitad a los pobres, y si tenía problemas con alguien él subsanaría la situación.

«Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar ya salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:8-10)

En este caso se puede ver que en la vida de Zaqueo, la práctica del pecado no lo satisfacía, y al tener ese deseo de cambio, Jesús pudo suplirlo, y fue un deseo honesto y genuino que lo llevó a deponer la práctica de pecado en el cual incurría, en su vida cotidiana.

La Mujer Adultera

En el libro de Juan aparece la historia de una mujer en el que los escribas y fariseos presentaron delante de Jesús, que fue sorprendida por adulterio y ellos pretendían cumplir la sentencia de muerte contra ella.

«le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo» (Juan 8:4-6)

En este encuentro los religiosos de la época buscaban tentar ante las costumbres de la época, a lo que Jesús los retó en lanzar las piedras contra ella si ellos se consideraban estar libres del pecado, situación que los acusó en sus conciencias, retirándose uno a uno de la presencia de Jesús quien quedó solo con la mujer.

«Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.

Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio» (Juan 8:7-9)

Ante ese encuentro que tuvo esta mujer, que fue obligada por estos hombres religiosos de la época que se convertirían en sus verdugos, permitió que su vida pudiese ser restaurada, por la sabiduría de Jesús ante el tentador a lo que Él le respondió lo siguiente:

«Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más» (Juan 8:10-11)

De esta forma, se pone en evidencia el perdón de pecados, ya que Jesús no la condenó y la dejó que se fuera, indicándole a no cometer más pecados, por lo que Él fue justo permitiendo que esa mujer tuviese una nueva oportunidad.

Saulo de Tarso, el Apóstol Pablo

El mayor ejemplo de transformación vivida tras un encuentro con Jesús lo vivió Saulo de Tarso, conocido después como el apóstol Pablo, quien era perseguidor de la iglesia e impulsado por sus creencias asesinó a muchos de los seguidores en llevar el mensaje de Jesús.

Jesús se le aparece en el camino a Damasco, cuando iba a cumplir una misión y si encontrara a hombres y mujeres predicando a Jesús los llevaría presos, pero tuvo un encuentro con Jesús.

«Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.

Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió» (Hechos 9:3-9)

Luego de este encuentro Saulo de Tarso pudo vivir una transformación profunda, que lo llevó a cambiar su estilo de vida y comenzó a predicar a Cristo en las sinagogas, afirmando que el que habían crucificado era el hijo de Dios, y que estaba arrepentido de lo que había hecho con sus seguidores.

«En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre,

y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo» (Hechos 9:20-22)

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Ante estos ejemplos que se presentan en la Biblia se puede afirmar que tener un encuentro con Jesús puede producir un cambio sustancial en la vida de cualquier persona de tal manera que puedan experimentar lo nuevo esos vidas.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2da. Corintios 5:17)

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