Pedro negó a Jesús fue el momento donde se cumplió la palabra que él le había dado a su discípulo: "antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces", haciéndolo por el temor que tendría ante todo lo que se vivía por él.
A través de este hecho que la Biblia lo refleja en los cuatro evangelios, se muestra como Pedro niega a Jesús por su debilidad humana, y no pudo sostener la promesa hecha a Jesús.
Pedro negó a Jesús
En la Biblia se puede conseguir una diversidad de momentos donde el hombre muestra su debilidad, mostrando esa flaqueza que tuvo Pedro en el momento donde Jesús era juzgado, para luego de esa gran falla se convirtió en uno de los apóstoles más usados por Dios.
Es por que ello a continuación se muestra el texto donde Pedro niega a Jesús:
«Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno. Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo. Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis. Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba» (Marcos 14:66-72)
Pedro vio de cerca a Jesús mientras lo condenaban
En el momento que se presenta la turba en el huerto del Getsemaní para arrestar a Jesús, Pedro se encontraba allí y actuó de forma violenta y desenvainó su espada y le cortó la oreja a uno de los soldados, a lo que Jesús le sanó la oreja al soldado, para que se ejecutara el plan de Dios.
Luego de esto Pedro siguió a la turba hasta ese lugar donde llevaron a Jesús para ser juzgado y torturado, incumpliendo lo dicho por Jesús, ya que el ordenó a sus discípulos que no estuviesen cerca de Él, algo que Pedro no hizo.
«Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después. Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti. Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces» (Juan 13:36-37)
Es por este motivo que Pedro no debía estar en ese patio donde el sumo sacerdote estaba jugando a Jesús, ya que estaba desobedeciendo una orden dada por el Señor, quien entendía que sería una situación muy fuerte para todos sus discípulos, y no estarían preparados para actuar de la forma correcta.
De este modo, Pedro al no obedecer la orden del Señor ponía su vida en peligro, ya que esa situación lo llevaría a negar la relación con el Señor, al ser visto y descubierto por las personas que estaban en ese lugar, quienes afirmarían la relación entre Jesús y él.
Es por ello, que Pedro al estar ocultándose en medio del grupo de las personas que odiaban y torturaban a Jesús, produjo en él un gran temor, trayendo consigo que su humanidad se manifestará, a tal punto de negar cualquier tipo de relación con Jesús.
Asimismo, Pedro niega a Jesús para no ser juzgado por las personas que estaban a su alrededor y de esa manera no ser atrapado, ya que era ineludible el parecido que tenía Pedro a Jesús, pues él había adoptado muchas de las cosas qué diferenciaban a Jesús del resto de las personas.
Momento que negó Pedro a Jesús
Cuando Pedro niega a Jesús se cumple la palabra de Dios, que habla sobre la actitud que debe tener los creyentes en Jesús, y es que son esas luces o lumbreras que iluminan en medio de la oscuridad, por lo tanto era evidente que Pedro era un discípulo de Jesús, por su aspecto que destilaba la presencia de Dios.
«Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mateo 5:13-16)
Se puede pensar que Pedro al estar en ese lugar para ver el proceso que estaba viviendo Jesús, él jamás pensó que podría ser reconocido por una mujer en ese lugar, quien al percatarse que él era uno de sus discípulos lo siguió por todo el patio del sumo sacerdote, para decirle a todas las personas que estaban en ese lugar.
Cuando esa mujer se da cuenta que Pedro era uno de sus discípulos él se asusta, y ante todas las acusaciones que le llegaban por todos lados el temor llegó a su corazón, y tuvo que quebrar ese pacto de lealtad que había hecho con Jesús, al punto de negarlo delante de todos.
Para Pedro debió ser un momento muy duro el aceptar delante de los detractores de Jesús, que él no era un seguidor de ese hombre santo que estaba siendo torturado, pues al decir la verdad implicaba pagar un alto precio que sería la muerte, situación que demuestra la debilidad humana.
Del mismo modo, esta situación demostró lo débil que era Pedro, ya que no era una persona autosuficiente como él creería, evidenciando lo que sucede con las personas que se inclinan a sentirse más fuertes que otros, pues nadie debe considerarse libre ante el peligro de caer.
Por qué Pedro negó a Jesús
Existen varios motivos que llevaron a Pedro romper la fidelidad a Jesús y de ese modo negar a Jesús, y fueron las siguientes situaciones:
Arrepentimiento de Pedro después de negar a Jesús
Cuando Pedro se dio cuenta que el gallo cantaba y él, nuevamente, negaba a Jesús recordó las palabras dadas por el Señor antes de que ocurriese ese momento y en fue cuando él lo hizo se cruzó la mirada con Jesús, que era llevado al tribunal de Pilato, situación que quebrantó su corazón.
Cuando Pedro se da cuenta que le había fallado a Jesús, y luego verlo pasar al tribunal de Pilato produjo que su corazón se estremeciera, quebrando su altivez del hombre, produciendo en su vida un cambio sustancial.
Estas lágrimas que corrían de los ojos de Pedro era la evidencia de un arrepentimiento genuino y verdadero, quien se arrepintió de corazón al haber pecado delante del Señor a tal punto que sentía una gran vergüenza, por lo que se alejó corriendo de ese lugar y vivió un proceso donde su vida fue restaurada hasta llevarlo al gran ministerio qué tendría
Posterior a este evento Jesús resucitó y se presentó en varias ocasiones a Pedro en su camino, sin embargo él se sentía desanimado y no se sentía digno de merecer el reino de los cielos, por lo que decidió volver a su antigua profesión de pescador.
En ese proceso que vivió Pedro se puede ver que su vida cambió, ya que él no se atrevía hacerle más promesas a Jesús, de tal manera que ni siquiera tendría algún tipo de argumento para demostrar su amor por él, Pedro estaba consciente de sus limitaciones y sabía que toda su dependencia era al Señor, logrando una verdadera restauración de su vida.
«Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas» (Juan 21:15-17)
Este evento es evidencia lo que es un verdadero arrepentimiento delante del Señor, ya que el mismo Jesús lo había perdonado y lo colocó, nuevamente, en su obra, demostrando el amor y la gracia del Señor, que vino a restaurar y fortalecer a todos aquellos que se acercan a Él arrepentidos.
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Para finalizar se puede decir que Pedro negó a Jesús cumpliendo parte de su propósito divino, que fue demostrar que el verdadero seguidor del Señor es el que peca, pero se arrepiente y busca de la ayuda de Jesús, quien lo levantará y restaurará por completo, para cumplir el propósito por el cual está en la tierra, de la misma forma que lo hizo con Pedro.
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