Parábola de los Dos hijos

Parábola de los Dos hijos

La Parábola de los dos hijos es una enseñanza de Jesús que vino a describir la actitud de dos hijos hacia la orden del padre, y viene a reflejar la crítica de Jesús a las costumbres implantadas por los fariseos, con respecto a la relación con Dios.

A través de ella viene a relatar cómo es la actitud humana, frente a cumplir una orden, y como ésta viene a afectar de forma negativa o positivamente la relación con una figura de autoridad, en este caso la de un padre, terrenal o celestial, es decir Dios.

Índice
  1. Parábola de los Dos hijos
  2. El hijo Obediente
  3. Tipos de hijos
  4. La parábola para reflexionar como hijos
  5. Un hijo obediente y otro desobediente

Parábola de los Dos hijos

Parábola de los Dos hijos

La parábola de los dos hijos desarrolla una temática familiar, expuesta a través de dos posiciones, dos respuestas, dos realidades, que salen a la luz luego de la solicitud de un padre en ir a trabajar en la viña familiar.

«Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue»(Mateo 21: 28-29)

De esta forma inicia Jesús el relato, presentando al padre de dos jóvenes, a quienes les da una orden, y vemos la respuesta del primer hijo.

  • PRIMER HIJO 

En este pasaje el hijo se niega en realizar lo encomendado, y se puede revelar algo que puede suceder en la actualidad, con cuanta frecuencia un padre o madre le da instrucciones a sus hijos, y estos en un acto de rebeldía se niegan a obedecer.

Sin embargo, con el pasar de un tiempo de dada la instrucción, afortunadamente, en la mayoría de los casos, el joven cumple la directriz, y precisamente, este es el caso que se presenta. A primera vista la actitud del hijo no es la más correcta. Sin embargo, hay que analizar ese cambio emocional que vive el joven. Que se da en 3 fases:

  • NEGARSE

Este joven toma una decisión dijo "no quiero", él se negó a cumplir la orden de su padre, pues cualquier excusa es buena, para no obedecer, simplemente, ignora la orden dada, restándole importancia a la voz de mando, en este caso el de su padre.

Hay que detallar la actitud del padre, pues en este caso, no lo reprende ni lo obliga a obedecer, simplemente, lo deja tranquilo en su derecho de tomar sus propias decisiones. A pesar de ser una conducta que puede describirse como irrespetuosa.

  • ARREPENTIRSE

El hijo adopta otra posición “pero después, arrepentido". Seguramente, este hijo instruido en las costumbres judías, fue golpeado mentalmente con ambas cosas, que lo llevó a reflexionar esa actitud de desobediencia. Y de seguro recordó los valores de la honra a los padres, dejada por Moisés.

Es por ello que decide retractarse de su conducta, que fue provocada por ese dolor producido en el reconocimiento del mal hecho a su padre. Impulsándolo en accionar de la manera correcta.

  • OBEDECER 

Luego de reflexionar el hijo "fue", es decir todo arrepentimiento conlleva a una acción, y es la de enmendar el daño que se ha hecho. En este caso él cambió su actitud rebelde, y se puso a disposición de la obra del padre, obedeciendo su orden.

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Parábola de los Dos hijos

  • SEGUNDO HIJO 

Jesús prosiguiendo la parábola hace mención de la actitud del segundo hijo.

«Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue» (Mateo 21: 30)

En el primer hijo tuvo un cambio de actitud ante la orden del padre, el segundo por su parte también tuvo un cambio emocional, dejando ver lo oculto de su corazón.

A primera vista la respuesta dada por el hijo era la más correcta, pero su acción fue totalmente contraria, y se puede analizar en 3 fases emocionales que vive este hijo:

  • OBEDECER 

Este hijo dijo "y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy" la actitud del hijo parecía la de un joven obediente, y muestra la apariencia de piedad y sujeción, luego de escuchar a su hermano que, frontalmente, le dice al padre que no lo haría.

En ese sentido se revela la costumbre, que tiene este hijo en responder a un padre de apariencia dócil, por lo que para congraciarse con él, responde afirmativamente, dejando mal a su hermano.

  • ARREPENTIRSE 

En este caso a diferencia del primer hijo, este joven se arrepiente para mal, al dejar a su padre esperándolo en la viña, este joven ve a su padre como una figura débil, que seguramente, lo perdonaría al no ir.

Por lo que prefiere seguir sus prioridades, que cumplir la orden dada por el padre. Dejando en evidencia que los valores de respeto y honra, son solo una costumbre social, más no interna.

  • DESOBEDECER 

Este hijo toma la decisión "Y no fue", en principio el joven aceptó ir a trabajar a la viña con el padre, mostrando una aparente obediencia, pero su acción no fue acorde a sus palabras.

A este hijo no le interesaba cumplir la orden del padre, sus intereses estaban enfocados en satisfacer sus necesidades y placeres. Reflejando su egoísmo y la rebeldía de su corazón, deshonrado a su Padre.

Parábola de los Dos hijos

En esta parábola es importante analizar la actitud del padre, pues en ninguno de los caso mostró algún tipo de emoción y conducta, bien sea la satisfacción por la respuesta positiva de uno, o la molestia por la negación del otro, se mantuvo equilibrado y no mostró algún tipo de posición a las respuestas de sus hijos.

De ello se puede hacer una analogía al conocido libre albedrío que Dios le propone al ser humano, en el que cada persona decide que hacer. Y en esta parábola de los dos hijos Jesús muestra que estos hijos tuvieron la posibilidad de obedecer o no obedecer, al llamado hecho por su padre.

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Asimismo, se puede decir que ninguno de los hijos hizo lo correcto, ya que aunque uno de ellos obedeció, no fue una obediencia absoluta. Esto quiere decir que ninguno de los hijos puede considerarse perfecto o bueno, pues sus conductas no fueron intachables desde el inicio de la orden dada por el padre.

El hijo Obediente

Parábola de los Dos hijos

En esta parábola Jesús la narra delante de los líderes religiosos de la época, fariseos y escribas, que se jactaban en ser perfectos ante Dios. Jesús en el siguiente verso luego de narrar la historia de los hijos, les hace una pregunta:

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«¿Cual de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero…»(Mateo 21:31)

La respuesta de los fariseos fue inclinarse, efectivamente, al joven que obedeció al Padre. Recordando que la acciones hablan más fuerte que las palabras. Y es allí donde Jesús quería llegar, al reconocimiento por parte de los fariseos, en que la acción mata la letra.

Cuando Jesús interpela a los religiosos, hay que contextualizar algo, y es que los hijos hicieron lo contrario que se habían dispuesto en hacer, y se evidencia que los fariseos no le dan valor a la intención inicial, sino al resultado final, en quien obedeció y en quien no.

Por ello, Jesús tomando la palabra de los fariseos prosigue con su enseñanza, apelando a lo que quería hacer visible la Hipocresía de estos religiosos.

«…Jesús les dijo: de cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle» (Mateo 21: 31-32)

Jesús pone en evidencia la hipocresía de los fariseos, que se negaron en creer en Juan el Bautista, y se jactaban en ser obedientes a la Palabra de Dios, pero con sus hechos la violentaban.

Tipos de hijos

Parábola de los Dos hijos

En la parábola de los dos hijos, claramente, Jesús les hace ver a los fariseos que esos hijos era la sociedad que ellos representaban. Entendiendo que cada uno de ellos tendrían su parte en el relato, y por sus acciones los definiría como:

El primer hijo serían los publicanos y las rameras, porque cuando Juan el Bautista llamo al arrepentimiento para perdón de pecados, al principio se negaron, pero luego se arrepintieron. Ellos fueron como ese primer hijo que dijo que no iría, y al final fue a trabajar con el padre.

Mientras que el segundo hijo se refería a la actitud de los fariseos, que entendían el mensaje dado por Juan, y que debían cumplir ese paso de arrepentimiento, pero prefirieron seguir sus costumbres y rituales.

Demostrando su rebeldía de corazón. Evidenciando la actitud deshonrosa de ese segundo hijo, que se dejó llevar por su voluntad, y no obedecer a lo que su padre le ordenó.

La parábola, viene a confrontar a los religiosos de la época de Jesús, que decían amar y servir a Dios, pero con sus hechos lo negaban. La implicación está intrínsecamente relacionado con la obediencia, al llamado que hace el Padre a servir en la viña.

La parábola para reflexionar como hijos

Parábola de los Dos hijos

La parábola de los dos hijos viene no solo a plasmar la vida religiosa y social de la época de Jesús, sino muestra la clase de creyentes que han existido. Los que hablan en hacer algo, y no actúan. Y aquellos que dan una palabra, y actúan de forma coherente a su dicho.

Es importante meditar en el fruto de las acciones, que pueden ser el motor para avanzar a la salvación o a la condenación eterna. Pues, de ellas se obtendrá el resultado espiritual, de la vida del creyente.

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Hay que observar en detalle la orden del padre de la parábola: trabajar en la viña, refiriéndose a un lugar destinado en producir fruto y al servicio de la familia. De ello se evidencia la analogía que hace del Padre Celestial, y el trabajo en su obra, en la vida cristiana y al servicio en la congregación.

Aunque los fariseos se mantenían fieles en realizar ritos en los templos y servir como sacerdotes de la Palabra, no creyeron en el llamado de arrepentimiento hecho por Juan el Bautista. Por lo que se negaron a trabajar en la orden dada por el Padre, y no se unieron en servir en la viña de Dios.

Jesús enfatiza en que la verdadera vocación del hijo de Dios es hacer la voluntad del Padre, no desviarse en otra cosa, para poder entrar al reino de los cielos. Siendo muy claro al manifestarle a los fariseos lo siguiente:

«los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios»

De ello se entiende algo muy importante, y es que un estudioso de la Palabra sin hechos no llega al cielo, pues es el arrepentimiento de los pecados y la humildad la llave usada para ser recibido en la viña del Padre. Confirmando Jesús de esa forma la actitud altiva de los fariseos:

«Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis, pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle» (Mateo 21: 32)

Y es por ello que Jesús ilustra esta situación, pues los fariseos eran de duro corazón, alardeaban en ser doctos en la Palabra, pero sus hechos estaban lejos de la voluntad del Padre. Y las rameras y publicanos humillados, se acercaban a buscar el perdón de Dios.

Muchas personas se ven reflejadas con estos versículos, actúan en apariencia apacible, cumpliendo mandatos, pero sus corazones están lejos del amor a Dios.

Un hijo obediente y otro desobediente

Parábola de los Dos hijos

Obedecer o no obedecer, he allí el dilema de un creyente, un libre albedrío lleno de oportunidades para obedecer o desobedecer al Padre. Y en esta parábola se presenta la analogía de los hijos, como los tipos de creyentes, y enseñan a un Padre Celestial respetuoso a la libre elección de las personas, y los deja que definan el tipo de hijo que es.

Ser fieles en este tiempo es una aventura, que todo creyente vive. Y donde se debe desarrollar la perseverancia, que junto a la fidelidad sobrepondrá en la coherencia en las decisiones y las acciones, que estarán plegadas en un solo fin que es la obediencia.

Esto requiere de un gran esfuerzo por parte del creyente, donde las luchas internas serán el pan de cada día. Pero Dios esperará que las acciones estén enfocadas en no claudicar, sino avanzar en el trabajo de su viña.

La parábola de los dos hijos se resume en ser llamados al trabajo en la viña del Padre, y que define quienes son los hijos, dejando al descubierto sus intenciones más puras u oscuras de su corazón.

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