Parábola del Buen Samaritano

Parábola Del Buen Samaritano

La Parábola del Buen Samaritano es una de las tantas enseñanza que Jesús dio a todos sus seguidores, permitiendo mostrar el poder de la misericordia hacia las personas sin importar el tipo de vida que pudiesen llevar.

Está parábola cuenta la historia de un hombre que fue robado y golpeado dejado en la calle moribundo por el cual varias persona pasen las alrededor y solo un samaritano comuna visión diferente sobre la religión opta por levantarlo y ayudarlo.

Índice
  1. Parábola del Buen Samaritano
  2. Personajes de la Parábola del Buen Samaritano
    1. El Hombre Golpeado
    2. El Sacerdote
    3. El Levita
    4. El Samaritano
  3. Enseñanza de la Parábola del Buen Samaritano

Parábola del Buen Samaritano

Parábola del Buen Samaritano

La parábola del buen samaritano busca enseñar la forma en que Dios desea que las personas se dirigen al otro, rompiendo las barreras de separación por algún tipo de creencia, denominación, raza, estatus social entre otra situación que los distancia.

Jesús en búsqueda de cambiar las estructuras mentales de los oyentes, cuenta esta historia sobre la misericordia y el amor al prójimo, que dice de la siguiente forma:

«Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?

Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.

Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.

Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;

y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.

¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo» (Lucas 10:25-37)

Se puede ver como esta parábola inicia con la disputa que tenía un intérprete de la ley para desmeritar a Jesús él le pregunta Maestro, ¿Qué haré para heredar la vida eterna? Por lo que Jesús le responde con una pregunta haciéndole alusión a lo que estaba escrito en la ley “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo”.

Sin embargo, este intérprete de la ley buscando hacer caer a Jesús por alguna palabra le preguntó ¿Quién es el prójimo? por lo que Jesús de una forma sabia responde con esta historia, en el que este hombre que se dirigía a Jerusalén hacia Jericó fue atacado por ladrones dejándolo sin ropa golpeado y agonizante en la calle.

Se ve como varias personas caminaron cerca del lugar donde estaba este hombre, y no fue hasta la llegada de un samaritano que era un pueblo odiado por los judíos, fue él quien se acercó y lo miró con compasión, llevándolo de ese lugar a una posada para cuidar de él, y aun le cubrió todos los gastos que su recuperación ameritaba.

Por lo que Jesús luego de contar la historia y ver la persona que había tenido compasión de este hombre herido, le hace una pregunta al intérprete de la ley sobre quién fue el prójimo, por lo que el intérprete de la ley contestó el hombre que había visto con misericordia al hombre herido en la calle.

Esta parábola permite adaptarse a la actualidad, a pesar que fue contada hace muchos años atrás, pues la esencia de ella es sensibilizar al ser humano en la ayuda mutua, y el cumplimiento fiel del mandato dado por Jesús en amar al prójimo a pesar de las circunstancias que los puedan separar.

Personajes de la Parábola del Buen Samaritano

Parábola del Buen Samaritano

La esencia de la parábola del Buen Samaritano está en verlas acciones de cada uno de los personajes que se presentan en la historia, para ello se hará un análisis de cada uno de ellos:

El Hombre Golpeado

La historia inicia con un hombre que se dirigía de Jerusalén a Jericó y es tomado por unos hombres que les robaron y lo golpearon, dejándolo moribundo en el pavimento de esa zona.

«Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto»

El hombre de esta historia se sugiere que era judío, ya que estaba bajando de Jerusalén, por lo que se supone que vendría del templo de entregar ofrendas a Dios, y fue interceptado por estos hombres que lo hirieron para muerte.

El Sacerdote

Parábola del Buen Samaritano

El sacerdote es el primer hombre que pasa al lado de este hombre, quien se supondría que vendría del templo de presentar ofrenda a Dios ya que iba bajando Jerusalén, en el camino vio a este hombre ensangrentado casi moribundo, él siguió su camino y no se detuvo.

«Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo»

En ese tiempo se regían por unas leyes que establecía que los sacerdotes no podían tocar ningún tipo de cadáver, por lo que este hombre no se detuvo en ayudarlo, ya que debía cumplir esos preceptos para poder dirigir los rituales de la época.

El Levita

Parábola del Buen Samaritano

El segundo hombre que cuenta la parábola que pasó cerca de este hombre fue un levita, quien de la misma forma que el sacerdote bajaba de Jerusalén de presentar ofrenda a Dios en el templo, por lo que al ver a este hombre moribundo tampoco se acercó a ayudarlo.

«Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo»

Del mismo modo en que el sacerdote no se acercó por cumplir una ley que establecía no tocar a un muerto, por que se podría contaminar. Aunque se puede pensar qué tanto el levita como el sacerdote actuaron de forma cruel ellos anteponiendo normativas y rituales antes que la compasión y misericordia.

El Samaritano

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El Samaritano se convierte en la tercera persona que pasa donde se encuentra este hombre moribundo en la calle, el era miembro de un pueblo que era despreciado por los judíos porque eran mitad judíos y mitad gentiles, además de ser considerados herejes.

El pueblo samaritano era considerado enemigo del pueblo judío, ya que ellos veían con desagrado que este pueblo realizará sus cultos en el monte Garizim en vez del Templo de Jerusalén, y de aceptar a Moisés como el único profeta, además de no reconocer la tradición oral del Talmud, los Escritos y el libro de los Profetas.

De modo, que es muy interesante el hecho que Jesús hiciera mención que el samaritano como el único que se acercó en actuar con misericordia al hombre que estaba moribundo en la calle, de eso se puede entender la nueva noción de prójimo a la que Jesús quería presentar.

«Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese»

De este modo se puede ver como este samaritano sintió compasión por este hombre herido, que a pesar de tener rivalidades ancestrales y culturales, él quitó del medio esas diferencias y pudo salvar la vida de este hombre.

Jesús en búsqueda de cambiar las estructuras fundamentadas en tradiciones y preceptos humanos narra muestra como estos dos pueblos que eran enemigos debían quitar sus diferencias del medio y mostrarse compasión y misericordia.

Enseñanza de la Parábola del Buen Samaritano

Parábola del Buen Samaritano

La parábola del buen samaritano es considerada una enseñanza que permite enseñar a todos los creyentes la toma de una actitud piadosa y correcta con el prójimo, al ofrecer ayuda en lo que necesite.

Es una parábola que habla sobre los valores del amor, misericordia y sobretodo enseña la fraternidad humana que debe existir entre todas las personas, permitiendo mostra la piedad que debe tener con el que está a su lado, inclusive el enemigo, reflejando el amor y la misericordia de Dios con todos.

Jesús buscaba anunciar la misericordia y amor que Dios quería que cada uno de los judíos tuviese, quería que vieran más allá de la ley y los preceptos que practicaban, pues tenían sus corazones endurecidos ante la piedad y el amor que era la esencia de su enseñanza.

Cuando Jesús habla en la parábola sobre el prójimo él no le coloca una etiqueta de ningún tipo, ni política, ni religioso, ni de raza, ni de estatus social, es decir no le coloca límites en el significado del mandamiento de amar a su prójimo.

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De este modo, Jesús escoge a un samaritano que en ese tiempo era odiado por los judíos para ilustrar este nuevo término de bondad y amor extendida hacia el prójimo, para que entendieran que no deben colocar etiquetas ni barreras para hacer el bien.

Para finalizar se puede decir que Jesús busca con la parábola del samaritano cumplir la ley, diciendo que no solo se debe amar a los enemigos como lo hizo el samaritano, sino que deben ir más allá de eso y es obrar a su favor, sin importar su condición, cumpliendo de esa forma el mandato dejado por Él.

«Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas» (Mateo 22:37-40)

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